POR RODOLFO HERNANDEZ
*VAGONES UTILIZADOS PARA VIVIENDA Y PARA GUARIDA DE VAGOS
Tapachula.- Pese a que se han hecho diversos anuncios por parte del gobierno, hasta la fecha no se sabe para cuando realmente va a darse la rehabilitación del sistema ferroviario devastado durante el paso del huracán Stan en 2005, informó el profesor Jacinto López Mérida.
Destacó que las instalaciones están convertidas en guarida de delincuentes y “teporochos”, además de que muchas parejitas utilizan los vagones como motel de paso, a causa de la nula vigilancia policiaca.
Recordó que además de ser utilizado para mover carga, era el transporte de indocumentados centroamericanos que viajaban por cuenta propia o en el marco de la red del tráfico que era un negocio redondo para las distintas bandas de “polleros” que operan en esta región fronteriza.
Sin embargo, manifestó, actualmente los edificios que fueron ocupados como estaciones o terminales en esta frontera olvidada, entre ellas Ciudad Hidalgo, Tapachula y Huixtla, y concesionadas a la empresa Chiapas-Mayab, se muestran como sitios fantasmales, a lo largo de los más de 200 kilómetros de la Costa, donde se encuentran varados y en completo abandono 534 vagones y 16 locomotoras.
La respuesta tanto de la transnacional ferrocarrilera como del Gobierno Federal por rehabilitar el sistema ferroviario sigue sin respuesta, generando desempleo directo e indirecto, así como pérdidas al sector empresarial que transportaba sus mercancías a bordo del tren.
En tanto Reynaldo Ordaz Ruiz, un ex empleado de Ferrocarriles de México, con 47 años de edad y que vive con su familia desde el 2006 en cuatro vagones propiedad del Chiapas Mayab, dijo que “antes la preocupación entre los vecinos era que después de la ruptura de las vías por el desastre natural, algunos de los furgones quedaron de este lado y dentro de ellos, habían sustancias químicas, que en su momento significaron un polvorín, sin embargo de tres años a la fecha han sido saqueados, los vagones sirven como refugios a pandilleros y teporochos”.
Al menos en la zona de Tapachula se observan el abandono, olores nauseabundos, pintas de pandillas en los furgones, animales muertos y grandes cantidades de desechos tóxicos, así como vagones y locomotoras completamente oxidados e invadidos por el monte que ya casi los cubre por completo.
Ordaz Ruiz dijo que utiliza como vivienda cuatro furgones abandonados, en los que se pueden apreciar sillones viejos, cocina improvisada, servicios de letrinas, sembradíos de milpa. Ahí él y cuatro familias más viven custodiados por casi 10 perros domésticos, que impiden el paso de pandilleros que han intentado robarles.
no manchen si que esta grueso, pero me gustaria poder llevarme un vagoncito a mi casa jajja
ResponderEliminar